La corrección de color

12.08.2016

Da igual cómo lo llamemos: corrección de color, etalonaje, grading, finishing… Sigue siendo ese elefante en la habitación del que nadie habla o habla por lo bajo sin prestarle la debida atención.

Hace no muchos años el etalonaje (del francés “étalonnage”, que significa “calibrado”) era algo tan necesario como ahora pero muy difícil de conseguir. Caro más que difícil. Hoy día no es que sea algo que esté tirado de precio pues los equipos son muy costosos, pero sí que se ha generalizado lo suficiente como para que ya no sea un imposible dentro de un presupuesto.

La verdad es que nunca debió ser un imposible, aunque lo fue en muchas producciones, y hoy en día aun se toma como un elemento menor dentro de toda la producción. En realidad la fase final de toda producción debería ser la corrección de color y debería estar planificada desde el principio de la misma.

Es por eso que os comentaba hace unas semanas que cuando se hacen pruebas de cámara lo ideal es que ya se sepa cómo se quiere hacer todo el proceso y así poder hacer las pruebas hasta ver el resultado final. Sólo así se obtienen los datos suficientes para tomar una decisión acertada, o al menos consciente de lo que haces, aunque te equivoques.

Hoy en día tenemos al alcance suites de color que son gratuitas, al menos en parte, y que con un equipo más o menos decente nos permiten hacer auténticas maravillas con nuestro maravilloso material en la oscuridad de nuestra habitación, pero me gustaría daros algunos consejos para afrontar esta importante fase de vuestras producciones:

1. Cuenta con un buen colorista. Alguien con el criterio fotográfico y estéticos suficientes como para que entienda lo que quieres conseguir y cómo conseguirlo. Trabajando mano a mano con el director de fotografía, entendiendo lo que quería en rodaje y sacando todo ese potencial.

2. Tenlo presente en tu presupuesto. No pocas veces en no pocas producciones se ha pasado por alto este aspecto y el resultado final normalmente es que el trabajo de muchos departamentos se vea comprometido por una finalización de la imagen. No importa rodar a mucha resolución y sin apenas compresión si luego no puedes pagar una máquina que lo mueva con soltura. Aunque existan softwares parcialmente gratuitos el hardware en estos caso es igual de importante, así que si lo vas a hacer de forma “casera” asegúrate de que dispones de las herramientas necesarias para que el flujo de trabajo no se convierta en una tortura.

3. El etalonaje es esencial, pero no es milagroso. El trabajo en rodaje sigue siendo importantísimo. Es por eso que la confianza y la buena relación entre los implicados en el proceso son importantísimas.

4. Etalonar no es aplicar una LUT. Las LUTs son sólo tablas de valores que modifican la imagen. Para que esto sea útil toda la captación de imagen debería estar pensada para que al aplicarle la LUT quede exactamente como queremos, pues tras esto no tendremos mucho margen de corrección pues la información estará bastante machacada. Hablaremos de LUTs en otro artículo. En el siguiente vídeo os lo explican bastante bien y con gatitos.

5. Lo hagáis donde lo hagáis por favor, contad con un monitor de referencia que esté bien calibrado, que reproduzca fielmente los colores y trabaje en DCi P3 como espacio de color si es que vuestro producto va a acabar en la pantalla grande. Un monitor, por muy calibrado que esté es una herramienta de medición subjetiva, así que tampoco perdáis nunca de vista las herramientas de medición objetiva como pueden ser el vectorscopio o el monitor de forma de onda.

¡Hasta la próxima!

Mr. Rye

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